Son la fuente inmediata de energía; se
almacenan en forma de glucógeno (azúcar) en hígado
y músculo. Sirven de base para formar las grasas. La mayoría de las
semillas (alpiste, mijo, moha, maíz, avena, trigo, sorgo, girasol, niger o
negrilla) aportan una buena cantidad de carbohidratos. Proveen de energía al
ave al modificar las moléculas de azúcar, y sus fibras proporcionan volumen
(peso y tamaño).
Todos
los carbohidratos están compuestos por una fibra fácilmente degradable y
usada como energía, y por una fibra cruda no utilizable como energía (salvo en
especies herbívoras en las que puede ser aprovechada por las bacterias del
intestino y ciego).
Cantidades
excesivas de fibra cruda suelen ser físicamente imposibles de digerir por el
ave, además de no cubrir los requerimientos calóricos necesarios. No es
pertinente que sólo se alimente con semillas a nuestras aves, es necesario ampliar
su dieta. Sin embargo la escasez de estas les generan desnutrición.
Se
ha observado que las aves que se han
mantenido sin alimentarles con semilla y dándoles otros alimentos, en el
lapso de tres días, se mostraron con las plumas erizadas y sin ánimos. Por lo
que la semilla no debe faltar en sus comederos diariamente.
En
conclusión las semillas son básicas en la dieta nutritiva de nuestros pájaros,
pero no de forma exclusiva, hay que ofrecer semillas alternativas de la gran variedad que hay, investigando su nivel de grasa y sin
adecuadas para nuestras aves, ya que algunas no son pertinentes para darles
de manera diaria, ni a todas los tipos de aves, como lo es el níger o negrilla
o el girasol. En el caso del maíz, es mejor darlo fresco en elote tierno.
Hay que recordar que no todas las semillas son para todas las aves, aquí algunas imágenes.
Autor:
Rosana Mattiello, Med. Vet., Producción
y Tecnología de Fauna Acuática y Terrestre.
UBA, Argentina.
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